25 de abril de 2016

Tejido con bositas plásticas. Cómo forrar cajas y latas.

Esta vez utilicé bolsitas de varios colores y busqué "pastillas" tejidas al crochet para sacar algunos modelos. Siempre hay que tomar las medidas un poquito más chicas que las reales porque el tejido "estira".

Les dejo algunos ejemplos.








¡¡A echar a volar la imaginación!!

24 de abril de 2016

Tejido con bositas plásticas. Organizador para lanas.

Hoy les presento este organizador de lanas que me resultó muy práctico cuando tuve que tejer especialmente con dos colores de lana. 

Está hecho con dos bidones de agua mineral de 5 litros , cortados a unos 15 cm de su base. Por supuesto que se puede variar el tamaño según las necesidades.








También lo usé , como en este caso, con el mismo color de lana , para tejer las dos mangas al mismo tiempo e ir aumentando de la misma manera en las dos, sin errores y sin tener que contar puntos en cada vuelta.

Por fuera está forrado con tejido de bolsitas plásticas. 

La técnica para hacerlo, la pueden encontrar en este mismo apartado de reutilización. 

También lo pueden usar como organizador de otros objetos, incluso agregándole bidones según lo que vayan a guardar: ropa interior, pañuelos, medias, útiles de librería...

Cuéntenme qué les pareció. 
Hasta otra entrada.





Corbata.


¡Mi Corbatita! Pestañas blancas y hocico nevado.

Ayer te fuiste, mi pobre pichicha, al cielo de los perros y los gatos. Sin dudas te fuiste ahí, como todos los bichitos que pasaron por acá. Sin dudas, porque fuiste una perra buenísima, que con esos ojitos oscuros y suplicantes te hiciste valer para quedarte en casa.

Viniste un día hace casi dos años. Entraste por algún hueco del alambrado.  Primero te quisimos sacar, porque ya no queríamos tener más perros... Pero no hubo caso. Tus patas no obedecieron ninguna orden y tus ojitos hicieron el resto.

¡Corbata! Tu nombre te lo pusimos por esa hermosa corbata blanca sobre tu pelo negro. Un pelo de perra vieja, medio duro y muy sucio.  Llegaste con unas terribles marcas en el cuello y en la cola, sin pelo, que mostraban a claros ojos que te habían tenido atada mucho tiempo.  Y llegaste también enfermita, de cáncer, pobrecita.

Y te empezaste a poner peor. Te operamos dos veces. Te pusiste mejor de tu pelo, engordaste y moviste mucho la cola. Hasta corriste y saltaste de alegría varias veces.

Una vez, cuando Rubi te mordió la oreja, casi te desangrás. Un mar de sangre en la cocina. Hicimos de todo para taparte esa arteria. Un 31 de diciembre, mientras todos los veterinarios festejaban fin de año y nuestro pariente comían un asado... Con Elián, los inventos de Nehuén y Eduardo buscando en Internet qué hacer, , pudimos parar la hemorragia. Terminamos a las dos de la mañana.       
Al tiempo, no sé cómo ni para qué, te pasaste a la casa de al lado donde hay dos ovejeros. El macho es un chinchudo irremediable, y la hembrita lo copió. Casi te matan. Te salvó el vecino de la otra casa que pasó con una escalera y pudo distraer a los ovejeros mientras papá te arrastró por abajo del alambrado.
Volviste a mover la col despacito cuando te recuperaste.

Y después esos tumores, que empezaron a crecer como locos. Pobre pichicha. Ya casi no podías echarte del dolor. Te dimos desinflamatorios y calmantes. Estuviste adentro de cas tus últimos días, mimada y calentita.  Pero hacía ya cuatro días que no comías ni tomabas agua. La última noche te quejaste mucho. Te dolía. Los calmantes ya no te hacían efecto.

Y después, te fuiste, hermosa, a estar tranquila y correr y saltar, y jugar y a mover la cola al cielo de los perros. Yo te conté que podías jugar con todos nuestros buenos y hermosos pichichos y gatos que ya no están con nosotros: Pelusa, Hachi, Toby, Perla, Pomelo, Benito, Tino, Fénix, Lila, Luna, Reina, Manchita, Canela, hasta Felipe... y León. Te dije que si los otros te molestaban o te hacían rabiar, te refugiaras con Leoncito, el perro más bueno del mundo, que también vino viejo y enfermo como vos y nos demostró su agradecimiento de una forma inolvidable. Mi rubio precioso. Todos ellos vinieron solos, cachorros tirados o viejitos abandonados o de la protectora de animales. Fueron los perros y gatos más queridos y agradecidos del mundo.


Y ahora te fuiste vos, Corbata, pestañas blancas y hocico nevado, mi perrita vieja , de ojitos cansados.