14 de septiembre de 2015

Esquivate si podés.




Estaba terminando un recreo - que dicho sea de paso  cada vez parecen más interminables porque es increíble todas las cosas indebidas que hacen los chicos en tan poquito tiempo - , cuando entró en acción nuevamente:
Un gran palo, de unos dos metros de largo  daba vueltas sobre su cabeza frenéticamente  agitado por uno de sus brazos.
Al movimiento giratorio se sumaba el de su correr desenfrenado persiguiendo a chicos de todas las edades.
¿Cómo pararlo? Acercarse , imposible porque el palo era una barrera contundente y efectiva…
A los gritos desesperados de las maestras tampoco respondía…
Timbre adelantado, cada uno a su aula rápidamente a refugiarse.
La tempestad continuaba en el patio, intentando cobrarse alguna víctima…
Duró unos cuántos minutos más. Interminables minutos en los que la integridad física de un montón de nenes y maestras estuvo amenazada.
Pasó…Hasta otra embestida. Otra y otra más. ¿Medidas a tomar? ¿Alguna solución?
Escuela 2015…


9 de julio, día de la Independencia.




Andábamos necesitando plata. El sueldo de mi esposo y el mío no alcanzaban del todo allá por 1990. Entonces yo trabajaba en mi cargo de maestra a la mañana y por la tarde hacía suplencias que me pagaban el mismo día. Me acuerdo que eran $16.
Ese día había ido a primer grado. Era la última semana de clases antes de las vacaciones de invierno. Una de las actividades que me había dejado la maestra era pintar la casita de Tucumán. Pero antes había que conversar sobre el 9 de julio, qué se festejaba, cómo se vestía la gente y esas cosas. Pero parece que uno en primer grado ve los festejos desde otro ángulo, jajaja…
-      - ¿Vieron que mañana va a haber un acto en la escuela?
-      - ¡Síííí!- respondieron todos.
-      - ¿Y que tienen que venir todos prolijitos y con escarapela?
-      - Sí, mire,  yo ya la tengo.
-      - ¡Qué bien! Bueno ¿Y quién me puede contar qué vamos a festejar?
(Y acá viene la respuesta que dista bastante del los festejos por la Independiencia...)
-      - ¡Yo! ¡Que empiezan las vacaciones!

María Nieves Acero


Ideas para reutilizar objetos.

Muchas veces necesitamos objetos prácticos en casa y comprarlos resulta bastante caro o simplemente no hay dónde comprarlos porque no existen en el mercado. Acá les presento algunos a modo de ejemplo. me encantaría que si se les ocurren otras ideas, las agreguen en los comentarios.

Éste es un carrito que hizo uno de mis hijos para trasladar cajones de leña.
Está hecho con unas maderas de pallet y unas ruedas de cortadora de césped.
Es muy práctico para no forzar la espalda.


Cortando botellas de gaseosa, se pueden hacer mini-invernaderos para hacer que los esquejes prendan mejor si el tiempo todavía está un poco frío.





Este rústico conjunto es muy práctico para recoger hojas y cualquier suciedad, especialmente por afuera de la casa. Para hacerlo más lindo, le haría falta una manito de pintura.
El balde con agarradera, está hecho con un balde de pintura, y el mango con una varillas de aluminio que sobró de la colocación de unos cerámicos. Pero bien puede reemplazarse por cualquier palo que ande por ahí. Está recubierto con cámara de bicicleta para que sea más fácil de agarrar.
 el palo estça unido al balde con alambre, habiendo hecho orificios en este último para pasarlo.

La pala está hecha con un trozo de chapa sobrante (que siempre guardo porque sé que en algún momento puede ser útil). Está remachada. El palo es de un viejo escobillón. También están unidas las dos partes con alambre.



Ésta es una cucha para una de nuestras perras. Está hecha con un bidón de 200l. Para que no ruede, lo trabamos con unas maderas. Lo pinté con tejado y jardín como si fuera una casita. 



Para hacer un juego de mesa y bancos de jardín, usé trocitos de cerámicos que sobraron (esos que siempre se rompen). Están pegados con pegamento para cerámicos y las juntas rellenas con pastina.


Para organizar aros, podemos usar bandejas de poliestireno para alimentos.Tardan mucho en degradarse, así que es una buena contribución al medio ambiente.


Para clasificar los desechos en casa, podemos usar cajones de fruta. Éstos tienen varias manos de esmalte sintético para mejorar la apariencia y protegerlos de la humedad.


Con el marco de un gran espejo, mi hijo menor hizo un portamacetas, soldándole aros hechos con hierros de construcción.



Una campana para llamar hecha con la parte superior de un tubo de gas. Colocándole como badajo un tornillo grande, su sonido alcanza mucho metros.


Este alfiletero es súper simple. Un cuadradito de ese plástico que usan para embalar equipos de audio, PC y demás para que no se golpeen al trasladarlos, en cuyo borde pegué un cinta de raso que decoré con pequeñas cuentas hechas en este caso con CD fundidos. La forma y decoración puede ser tan amplia como la misma imaginación.

   

Para proteger el plumero , una botella de gaseosa a la que se le quita el fondo.



Espero que les hayan sido útiles las ideas.



8 de septiembre de 2015

¿Habrá faltado alguna materia en el Profesorado?




Este cartelito tiene un error, pero está muy bien lo que dice...


Cómo para no acordarse, Uno lamentablemente también se acuerda de cosas como ésta.
No es que haya sucedido una vez, dos veces… No. Era cosa de todos los días.
Empezaba la clase. Iba todo normal. Todo hasta que aquel niño entraba en acción y además de negarse a hacer cualquier actividad propuesta, empezaba a molestar a cuantos podía: comentarios en voz muy alta fuera de lugar, alguna que otra amenaza para el recreo a algún compañero. Solía pararse , agarrar la cartuchera de algún chico y revolearla con muchísima fuerza contra la pared del fondo del aula, seguir caminando, agarrar otra y cambiarla de mesa, y así con dos o tres más. También rompía los lápices de los compañeros si dar tiempo a hacer nada, tal era su rapidez.

Por supuesto no hacía caso por las buenas ni con un reto.
Era casi cuestión de resignación de los chicos y mía también esperando que se calme.
De repente, se le daba por salir del aula, sin preguntar, sin avisar…
¡Qué cansancio, por Dios! Un día tras otro la misma historia.
A veces salía y lo buscaba. A veces tenía suerte y lo convencía de entrar al aula. Otras no, y se la pasaba paseando un rato, molestando a quien se encontrara en el camino si tenía oportunidad, pegándole en la cabeza a alguno que iba o volvía del baño, gritando por los pasillos…
En medio de cada búsqueda del niño, yo pensaba en los otros veinticuatro que habían quedado en el aula, responsable yo de todos ellos también , por supuesto. ¿Cómo dividirme en dos? ¿Cómo hacer para darles clase a los que quedaron en el aula - que al fin y al cabo quieren ejercer su derecho de aprender  y yo el mío de enseñar- ,  cuidarlos de que nada les pase y a la vez salir a buscar a este niño para que vuelva al aula, para que no moleste afuera, para que pueda aprender algo él también?
Ese día estaba peor que otros… Salió, pero con un palo que encontró por ahí empezó a golpear todas la puertas de las otras aulas, mientras gritaba qué sé yo qué cosas.
Otra vez el dilema. ¿Sigo enseñando a estos niños que no tienen por qué dejar de aprender, o salgo a buscarlo con la posibilidad incluso de que me golpee con el palo a mí también para que no moleste a los demás, sin ninguna certeza de poder lograrlo?
Ese mismo niño fue el que se quedó con una caja de alfileres que había en mi escritorio. (No la vi, si no la hubiera sacado antes de que la encontrara él. Todo había que sacar de su alcance: el borrador, la escuadra del pizarrón.., porque los convertía en elementos aptos para molestar a otro o se los robaba).
Después de decirle innumerables veces que  devolviera la caja, que dejara de sacar alfileres, ¡que no pinchara con ellos a los compañeros!, la puso en el escritorio. Pero al segundo ya no estaba. Nadie la tenía. Después un nene me dijo que él se la había llevado y le había hecho un gesto de que si hablaba ¡zás!
Fue el mismo niño que amenazó a una docente con matarle a su perro, un ovejero divino. Creo que había sido por una nota baja o un reto, no recuerdo bien.
-“Yo sé dónde vive. ¡Qué lindo que es su perro! Se lo voy a matar, ¿sabe? Yo sé dónde vive.”
Fue el mismo niño que  al encontrar a una docente en el centro, en vez de saludarla, le tiró el humo del cigarrillo que él fumaba, en la cara.

Me pregunto si habrá faltado alguna materia en el profesorado para saber qué hacer en estos casos…

María Nieves Acero

Un viaje en locóptero. De Cuentos y Chinventos. De Silvia Schujer.







Un pueblito. De Cuentos y Chinventos. De Silvia Schujer.


Un cuento encantado contado en canto. De Cuentos y Chinventos. De Silvia Schujer



Un abrigo para el sol. De Cuentos y Chinventos. De Silvia Schujer.


La canoa de cuero. De Cuentos y Chinventos. De Silvia Schujer.


La caída de Porquesí. De Cuentos y chinventos. De Silvia Schujer.


Carta a los chicos. De Cuentos y Chinventos. De Silvia Schujer.