14 de septiembre de 2015

9 de julio, día de la Independencia.




Andábamos necesitando plata. El sueldo de mi esposo y el mío no alcanzaban del todo allá por 1990. Entonces yo trabajaba en mi cargo de maestra a la mañana y por la tarde hacía suplencias que me pagaban el mismo día. Me acuerdo que eran $16.
Ese día había ido a primer grado. Era la última semana de clases antes de las vacaciones de invierno. Una de las actividades que me había dejado la maestra era pintar la casita de Tucumán. Pero antes había que conversar sobre el 9 de julio, qué se festejaba, cómo se vestía la gente y esas cosas. Pero parece que uno en primer grado ve los festejos desde otro ángulo, jajaja…
-      - ¿Vieron que mañana va a haber un acto en la escuela?
-      - ¡Síííí!- respondieron todos.
-      - ¿Y que tienen que venir todos prolijitos y con escarapela?
-      - Sí, mire,  yo ya la tengo.
-      - ¡Qué bien! Bueno ¿Y quién me puede contar qué vamos a festejar?
(Y acá viene la respuesta que dista bastante del los festejos por la Independiencia...)
-      - ¡Yo! ¡Que empiezan las vacaciones!

María Nieves Acero


No hay comentarios:

Publicar un comentario

¿Qué te pareció esto? Dejá tu comentario o sugerencia.