Estaba terminando un recreo - que dicho sea de paso cada vez parecen más interminables porque es increíble todas las cosas indebidas que hacen los chicos en tan poquito tiempo - , cuando entró en acción nuevamente:
Un
gran palo, de unos dos metros de largo
daba vueltas sobre su cabeza frenéticamente agitado por uno de sus brazos.
Al
movimiento giratorio se sumaba el de su correr desenfrenado persiguiendo a
chicos de todas las edades.
¿Cómo
pararlo? Acercarse , imposible porque el palo era una barrera contundente y
efectiva…
A
los gritos desesperados de las maestras tampoco respondía…
Timbre
adelantado, cada uno a su aula rápidamente a refugiarse.
La
tempestad continuaba en el patio, intentando cobrarse alguna víctima…
Duró
unos cuántos minutos más. Interminables minutos en los que la integridad física
de un montón de nenes y maestras estuvo amenazada.
Pasó…Hasta
otra embestida. Otra y otra más. ¿Medidas a tomar? ¿Alguna solución?
Escuela
2015…
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