Verano.
Enero.
Tiempo muerto.
Tiempo calcinado por el calor que abruma desde la mañana.
El ventilador de techo hace titilar la luz sobre la madera del mueble y a pesar de su esfuerzo, sólo mueve el aire caliente de un lado al otro.
La mañana avanza con su pesadez de domingo, con su soledad.
Un mate me acompaña; y las palabras. Nada más. Pesadez de enero. Domingo de enero. Tiempo muerto.
25-1-15
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