19 de agosto de 2015

¿Nos queda derecho a educarlos?



Primer día de clases en la biblioteca. Año 2015.  Muchos chicos , usuarios COMUNES, se arremolinaron entusiasmados y sabiendo cómo funcionan los préstamos, enseguida buscaron algún libro y se acomodaron en la fila para que se los anote en la compu. Algunos  preguntaban dónde estaban los de animales, otros los de terror, los clásicos de siempre.
Unos pequeñitos se vieron atrapados por los lindos colores de  los Cuadernos del aula, y les tuve que explicar que eran para las maestras…
Todo bien hasta que  les pedí que no se amontonaran y que hicieran la hilerita para que los pueda atender a todos  en orden. Contra la computadora seguían todos pegoteados y empujándose.
-      Así no los voy a atender. Hagan la fila, no se empujen. A ver ¿quién está después de vos?
-      Él.
-      Bueno, a ver , ponete ahí detrás.
Nada, ni un movimiento.
-      Y vos también, ponete en la fila, así los atiendo bien a todos.
Nada… Ya empezaba a impacientarme porque tienen sólo diez minutos de cada recreo para sacar libros y no alcanza el tiempo. Eran muchos y no hacían caso.
-Hacele un lugar a tu compañero, correte un poquito hacia atrás así se pone en la fila.
(¡Bien!, esa nena sí hizo caso)
Pero un niño seguía firme al costado de la fila, impávido ante los pedidos de hacer fila, mirando fijo, con terquedad, y no se corría. Insistí una vez más sabiendo que  no iba a ser fácil convencerlo…
Su reacción fue dirigirse a un estante, poner con rabia el libro así nomás encima de los otros, volver a mirar con resentimiento e irse. Una lástima: quedarse sin el libro  sólo por no querer obedecer un simple pedido…
Bueno…¿en esto también será que hay que dejarles hacer lo que quieran sin enseñarles a respetar al que está antes?¿ O todavía nos queda un pequeño derecho a educarlos?

María Nieves Acero



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